Retomar el "crecimiento"(como persona, espiritualmente, etc) de acuerdo con los valores que nos enseñan desde la infancia, ahora en forma conciente con valores nacidos desde muy adentro de nosotros mismos.

miércoles, 22 de julio de 2009

Desde mi ingreso a Travel One, he asistido a los eventos en lo posible, y aun en algunas ocasiones hasta un poco en lo imposible, Siento que he recibido mucho aporte, que he crecido en muchos aspectos y que son muchos los valores que se han incrementado, recuperado, etc.
Para mí, ha sido un retornar al crecimiento de acuerdo a los valores que me enseñaron desde mi infancia, pero ahora concientes, nacidos desde mi corazón, desde mi alma, desde mi espíritu, en fin desde muy adentro, lo que siento que mi creciemento se hace más real, más auténtico, porque ahora soy conciente de lo que me aporta.
Leyendo algunos artículos sobre los valores encontré uno escrito por Merisa Merino, directora de Punto de Encuentro: "VALORES PARA UN NUEVO SIGLO EN LOS CUENTOS DE HADAS: APOSTAR POR LA INOCENCIA", que hace que crezca en mi, la certeza que somos más los que quermos sentir los VERDADEROS VALORES, LOS QUE NAZCAN DEL ESPÍRITU. Ella escribe:
"Avanzamos hacia un nuevo siglo y parece que se ha convertido en un tópico de los últimos tiempos, hablar de la crisis de los valores que padecemos, de la necesidad de buscar valores nuevos...............No puedo estar menos que de acuerdo con Fernando Savater para quien "La exigencia ética siempre ha estado en dramática minoría" y me parece oportuno recordar que los valores éticos nunca han dejado de estar en crisis, porque la ética exige esfuerzo, autodominio y madurez moral........
..........Hay que trabajar y vivir sin desánimo para mejorar nuestro mundo(ese, ya es un gran valor), tanto en un nivel individual como colectivo, sin mayores pretensiones.
Quiza, lo que resulta más importante en el momento en que vivimos, amenazados por un feroz individualismo, es no perder la perspectiva, de nuestro campo de acción por pequeño que sea. Y vuelvo a citar al mismo autor:"Lo que diferencia a la ética de cualquiera otra actitud decisoria, es que representa lo que siempre está en nuestras manos"........... No somos responsables sólo de lo que hacemos mal, sino también de lo que dejamos de hacer, un valor esencial para mostar a los más jóvenes............
Parece evidente , que los valores morales, se trasmiten a través del ejemplo y de la práctica y es precisamente este sentido práctico y el repertorio de experiencias y modelos que ofrecen los cuentos de hadas, lo que les hace profundamente ricos en cuanto a su aporte social...........
La bondad parece poca cosa frente al mal, pero aunque la vida moral es una prueba de obstáculos, es también una prueba de relevos y siempre se cuenta con ayuda.
ser lobos o se caperucitas o tal vez, en la mayoria de los casos ser algo de lo uno y de lo otro, es una alusión clara a nuestro propio destino, a nuestra actitud vital ante la existencia ¿Acaso no estamos a lo largo de la vida, deambulando por nuestro propio "bosque"y seguimos, siempre que queramos vivir realmente, expuestos a inesperados encuentros?. Nos hemos preguntado ¿cómo respondemos a esos encuentros? : Con amor por la aventura, con curiosidad por la vida, con el deleite de recoger lo que nos brinda el camino, con el compromiso expontáneo de ser cordiales con el otro (aunque le reconozcamos un lobo) o por el contrario; con astusia, con cálculo, con engaño, con aprovechamiento, porque el bosque de perrault es la propia vida y las experiencias son necesarias, sí, aunque a veces seamos víctimas de ellas(víctimas de nuestras propias elecciones y al elegirlas nos elegimos), pero por malas que sean no tenemos porque desgastarnos en ellas, endurecernos, o volvernos perversos. Sólo de nosotros depende, no perder la inocencia."
Merisa Merino
referente a lo anterior, les refiero el siguiente cuento, que nos introduce a cuestionar como son nuestros verdaderos valores

ELVIKINGO DE LOS CIEN CUERNOS

Olav Brutolsen era el más terrible de los vikingos. Con sus propios brazos era capaz de luchar contra un toro y vencerle en unos pocos segundos. Y para que todos le conocieran y distinguieran, llevaba adornados su casco y su capa con los trofeos de sus victorias: más de cien cuernos sobre la cabeza y mil piedras preciosas colgando de sus hombros, una por cada uno de los enemigos derrotados.
En su ciudad todos se apartaban a su paso, pero cierto día, un joven que leía despistado se cruzó en su camino y le hizo tropezar. Furioso, Olav le increpó y le desafió a un combate a muerte. El delgaducho joven no tenía elección, así que sólo puso una condición.
- Puesto que no veo muy bien y no te conozco, necesito que lleves el casco y la capa durante la lucha, para poder distinguirte.
Olav lanzó una risotada y aceptó orgulloso aquella estúpida condición, justo antes de lanzarse sobre el joven para destrozarlo. El chico, ágil, se escabulló por poco. Lo mismo ocurrió con las siguientes embestidas de Olav, y según iba pasando el tiempo, cada vez esquivaba al gigantón más fácilmente. Aunque nadie podía creer que aguantase tanto, todos esperaban que con el primer golpe el joven caería muerto.
Ese golpe no llegó nunca. Olav estuvo luchando poco más de cinco minutos, y a los diez cayó como muerto.
Muchos pensaron entonces que aquel joven era un brujo o un hechicero, pero Virtensen, que así se llamaba el despistado estudiante de medicina, mostró a todos que el orgullo y la ostentación del vikingo fuero más que suficientes para que cayera desmayado bajo el peso del casco y la capa. Olav, como buen guerrero, aceptó su derrota al despertar, y desde entonces cambió los símbolos inútiles y superfluos por la austeridad, pasando en todas partes como uno de tantos. En todas, menos en el campo de batalla, donde no se le reconocía por cuernos, espadas o capas, sino por una fiereza sin igual.
Enseñanza: La ostentacion y el lujo, no aportan nada positivo; tarde o temprano, se convierten en una debilidad.

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